Las sustancias utilizadas para fabricar cristales líquidos son muy variadas: benzoato de colesterol, vinilo, kevlar, polipéptidos, etc.
Las primeras pantallas de cristal líquido se utilizaron en relojes, calculadoras e instrumentos de medida. Además de precisar de poco espacio, ya que su grosor es muy pequeño, también consumen poca electricidad cuando funcionan.
El cristal líquido no emite la luz que podemos ver en estas pantallas. Su función es dejar pasar, o no, la luz a través suyo.
En las pantallas de los relojes de pulsera o de las calculadoras, la luz exterior atraviesa la pantalla por un primer filtro polarizador. El plano de oscilación de esta luz polarizada es girado por los cristales líquidos, lo que le permite atravesar el segundo filtro polarizador (Que se encentra girado 90º con respecto al primero). La luz que atraviesa este segundo filtro se refleja en una capa reflectora interior y vuelve a salir al exterior dando una tonalidad clara a esa zona de la pantalla. Si se aplica una tensión al cristal líquido este se orienta, perpendicularmente a la pantalla, con lo que ya no gira el plano de oscilación de la luz polarizada incidente. Por esto mismo la luz no puede atravesar el segundo filtro polarizador y llegar a la capa reflectora interior y por eso esa zona de la pantalla permanece oscura (Formando letras y números).
En las pantallas de televisión LCD, para conseguir una mayor luminosidad, se ilumina desde atrás con unos tubos fluorescentes. Los píxeles a donde se hace llegar una tensión eléctrica permanecen oscuros y el resto iluminados. Cada píxel esta dividido en tres zonas verde azul y roja, para poder conseguir con su suma todo tipo de colores.
Para poder controlar eléctricamente cada píxel se habrían de conectar todos ellos a dos puntos de contacto, lo que supone una gran cantidad de contactos. Por ello se utiliza un sistema de multiplexado que reduce mucho el número de conexiones.
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